La creación del Museo Universitario era una de las acciones más importantes para el rescate y conservación del patrimonio cultural universitario, en el cual se expusiera la riqueza artística y científica de la Universidad.

El primer paso del proyecto fue el rescate de los Gabinetes de Ciencias, localizando e inventariando  las colecciones del antiguo Gabinete de Física y Ciencias Naturales existente en el Hospital Universitario y en la Escuela de Medicina.


Actualmente, todo lo que se pudo rescatar de esas colecciones, se encuentran en el Museo Universitario, con sede en la Casa de los Muñecos, la que fue comprada para ese fin por la Universidad en 1983.

De la arquitectura barroca poblana del siglo XVIII la Casa de los Muñecos es uno de los ejemplos más destacados, ya que se aprecia la excelente combinación artística de los elementos decorativos de ladrillo, azulejo y argamasa.

La adquisición del mencionado edificio, se logró con la contribución económica de la Universidad Autónoma de Puebla y el Gobierno del Estado, a cargo del licenciado Guillermo Jiménez Morales.

Cumplió la Universidad con su función social brillantemente, de tal modo que nuestra Máxima Casa de Estudios logró un merecido reconocimiento nacional en 1985 por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que le otorgó el Premio Nacional Francisco de la Maza por su labor de rescate y restauración de los inmuebles que había adquirido.

La restauración de la Casa de los Muñecos estuvo a cargo del arquitecto Ambrosio Guzmán, quien comentó que el trabajo de rescate fue complejo y arduo debido a las numerosas modificaciones que había sufrido el edificio, ya que antes de pasar a manos de la Universidad tuvo muchos y diversos usos. Fue, en el siglo XIX, almacén de hilados, propiedad de Esteban de Antuñano; posteriormente funcionó uno de los primeros cines de la ciudad, el Lux; también albergó la dulcería Salambo, la peluquería La Imperial, los estudios fotográficos Raboso y Foto Puebla, el diario La Opinión, y dos casas de huéspedes.

Para 1987 una vez terminada la excelente restauración que le devolvió al edificio todo su esplendor, abrió sus puertas al público el Museo Universitario, siendo su primer director el arquitecto Ambrosio Guzmán, quien explica que en su restauración el edificio fue respetado íntegramente y en su caso, la museografía, lejos de competir con el espacio arquitectónico, se integró de una manera serena.

Así, el 10 de diciembre de ese año se inauguró el Museo Universitario en la Casa de los Muñecos, a partir de entonces, el Museo Universitario se convirtió en el espacio cultural que alberga la riqueza artística y científica de nuestra Universidad, conformando un acervo cuantioso y diverso integrado por pinturas, grabados, litografías, dibujos, yesería, fotografías, muebles, monedas y aparatos científicos, sumando alrededor de dos mil piezas, que abarcan del siglo XVII al XX.

El Museo se abrió al público con dos exposiciones permanentes y una temporal. La primera, permanente, fue una muestra selecta de más de cien pinturas intervenidas por el taller de restauración del Gobierno del Estado, a través de un convenio con la Universidad. La segunda, sobre la historia de la Universidad, en la cual se incluyen los gabinetes de Física y Ciencias Naturales; y la temporal, de piezas de basalto de Guadalajara. El trabajo museográfico de las exposiciones, según nos informó el arquitecto Ambrosio Guzmán, estuvo a cargo de Graciela Rangel, museógrafa del INAH de Jalisco, quien también contactó la exposición de basalto.14

La propuesta museística presentada en la inauguración de este espacio cultural se ha seguido en lo general, mucho más amplia y enriquecedora con la presentación de exposiciones permanentes del acervo artístico universitario y la historia del Colegio, además de exposiciones temporales.

El Museo Universitario ha recibido numerosos visitantes, tanto de la Universidad como de las distintas clases sociales de la ciudad y del estado, y ha buscado siempre brindar un espacio cultural que cobije e impulse todas las manifestaciones del arte y de la ciencia.

Se han proyectado, de 1993 a 1999, ciento veintisiete exposiciones temporales, algunas de ellas con el propio acervo universitario, además de exposiciones en colaboración con la UNAM, el INBA y las embajadas de Japón, Italia y Brasil. Pero, también se han expuesto las obras de los artistas poblanos, como Aurelio Leonor y otros.

También se ha promovido el conocimiento de la historia y el desarrollo de nuestra ciudad, como lo fueron las exposiciones sobre la industria textil poblana.

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