La primera casa que se construyó en este predio en el siglo XVI perteneció al regidor Martín de  Mafra Vargas, hijo del conquistador Gonzalo Díaz de Vargas y a su esposa doña Bernardina Medrano.

Luego, al principiar el siguiente siglo, la adquiere el panadero Juan Fernández quién seguramente estableció en los bajos de la misma su negocio de venta de pan.

Este monumento colonial fue remodelado totalmente en el siglo XIX cuando era uno más de las numerosas propiedades de la acaudalada familia Acho, que la conservó en seno familiar por cuatro generaciones continuas hasta que Ramón Acho y Charles, soltero de 26 años de edad, la vende en 107 a don Antonio Couttolenc quién, después de liquidar numerosas hipotecas que gravaban el inmueble, lo cede al industrial Marcelino G. Presno, a cambio de la casa llamada “de Rosete”, ubicada en la 5ª calle de Benito Juárez, hoy 11 norte 800, que era la de mayo valía.

En 1928 la casa es adjudicada por vía legal al Banco Nacional de México por un adeudo pendiente de la señora Presno de Nava Osorio con el señor Pudencio Alvarez y cedido a favor de la institución bancaria que años después la vende a María Sánchez Viuda de  Fuente que la conserva por tres décadas más para después traspasarla en 1960 a la Inmobiliaria Santa María, S.A., la que nuevamente la cede a Carlos González Chavarría en 1983, quién casi de inmediato la transfiere a la Universidad Autónoma de Puebla.

El inmueble lleva el nombre de uno de sus propietarios, don Marcelino G, Presno, dueño de las fábricas San Juan, la Asturiana, y San Felix, la primera ubicada en la población de Santa Rita Tlahuapan y las dos últimas en la ciudad capital. Sus instalaciones albergan al Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego.

La mansión se caracteriza por su arquitectura de estilo neoclásico y romántico con influencia francesa, cuya ornamentación interior combina el “art noveau” con el “art deco” muy en boga en la época porfiriana; basta con apreciar su exqusita decoración con pinturas vegetales originales, lámparas isabelinas, vitrales franceses, molduras hechas de roleos, festones de rosas y herrería de sus barandales, escaleras y ventanas para comprobarlo.

La escalera imperial invertida del primer patio es de gran riqueza estética, labrada en mármol con barandal de hierro forjado con el uso emblemático de la flor de lis, pasamanos de madera, tableros y medallones compuestos por hojas de acanto que la adornan por abajo. Lo mismo puede decirse de la cúpula con vitrales que cubren el cubo de la escalera.

Casa Presno

Av. Juan de Palafox y Mendoza No. 208

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